lunes, 8 de octubre de 2012

La plaza

Estábamos en una salida. Todos estaban manteniendo diálogos paralelos. Yo cebaba el mate y escuchaba a mis compañeros hablar. Sentada en el suelo de la plaza, las voces de todos se volvían susurros de una noche silenciosa. Su presencia se volvía inexistente.
Y ahí estaba yo, sentada en un bosque. Un bosque sombrío y triste dónde nunca había habido compañía humana. Donde solo estaba yo, acurrucada en mi soledad.
-¡Hey, volvé! ¿Me pasas un mate?
-Sí, perdón. Me colgué.

5 comentarios :

  1. Leí esta situación y me imaginé el momento, y me imaginé a mí, sentado ahí, hundido en mis pensamientos, alejado, sintiendo desinterés por los demás, hasta que alguien, de un tirón, me devolvió a la realidad.

    Me encanta Caro, veo que volviste a escribir, eso me gusta aún más! Suerte, sabés que nunca vas a estar sola, te quiero :)

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  2. El último "como" lleva tilde. El cuento en sí medio de hippie roñosa me pareció

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    1. El cuento no tiene ningún "como"....

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    2. Si cebar mate en una plaza con tus amigos te parece de hippie roñoso, me imagino que vivís atado a una computadora interactuando con gente de diversos juegos online y almorzando todos los días en KFC.

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