martes, 27 de septiembre de 2011

Fugaz

Eran las 4 de la mañana. Yo estaba en mi auto, manejando en la autopista Buenos Aires-La Plata. La vía estaba muy vacía, excepto por un Volkswagen Bora negro que estaba detrás de mí, a cierta distancia.  Éste auto venía más rápido que yo y estaba por pasarme por la derecha. Cuando me pasó, entramos en zona de radar y el Bora bajó la velocidad. Estábamos muy pegados. El foco derecho de freno estaba desconectado. Se veía un movimiento extraño del otro lado del vidrio. De un segundo al otro, el vidrio se rompió, y una mano salió de ahí, ensangrentada. Había una mujer en el baúl. Agarré mi teléfono, quise llamar a emergencias, pero no tenía señal y no conectaba.  El Bora aceleró, lo seguí lo más cerca posible. Unos cuantos kilómetros después, el auto delante de mí tomó un desvío.  Nos estábamos adentrando en el campo, y habíamos comenzado a atravesar un camino de tierra.  Decidí seguirlo con mayor disimulo, manteniendo una distancia considerable. El Bora entró en una estancia que tenía un cartel todo borroneado. Seguí unos 3 metros, estacioné a un costado del camino y retorné a pié, escondiéndome entre los pastizales.
Volví a encontrarme con el cartel inentendible, que indicaba la estancia vacía. El auto se encontraba ahí. Estaba vacío y la chica ya no estaba en el baúl. De pronto, en la casa se escuchó un grito femenino.  Entré lo más rápido que pude, tratando de cuidarme la espalda. Ahora, el silencio dominaba la casa. Se escuchaban ruidos en el primer piso y mientras estaba subiendo las escaleras, pude escuchar la voz desesperada de la chica nuevamente.
— ¡Pará! Por  favor, te suplico. No, no, no, no lo prendas, no, no, ¡NO!—  Un chillido desesperado abrumó el edificio. Era el grito de una mujer torturada. — Po…por favor… Yo… no se… yo no sé nada—. Decía la mujer con voz débil en la habitación del fondo.  — ¡NO! ¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!—
Y los gritos no cesaban. El aire era denso. Pobre mujer. 

domingo, 11 de septiembre de 2011

Socorro

Ya falta poco... Ya voy a llegar... Ay que agotador es esto... Y el arnés tirando así no ayuda en nada. No debería tirar así. ¡Ay! Esto me está haciendo mierda, por suerte me quedan solo unos metros de escalada, sino...
La puta madre... No, no, no, no... Arnés de mierda ¿porqué te venís a romper ahora? La puta madreeeeeeee.... La piedra, la piedra. Tengo que conseguir una estable. No, no, no, ¡no te sueltes! Ahí va... Ya está. A ver, mi celular, emergencias. ¿Donde puse el...? Ahhh, es verdad, en la mochila roja. Señal, señal, ¿Donde voy a conseguir señal en esta montaña de mierda? A ver, calmáte. Mochila de la espalda, está el kit de emergencia. ¿Ahora como carajo me la saco? Tengo que conseguir un escalón o algo. Uh está re lejos el muy forro. A ver.. Llego, vos podes, Estefanía, VOS PODES. 
Uh, no, el pie, el pie. No te resbales, esperá.. A ver, mierda... Ahí está, el coso este, tiro la mochila y me tiro un segundo... La puta madre, los cosos estos de mierda. No, así no puedo sacármela. ¿Llego? no, no llego... Ahhh me voy a caer ¡la concha del pato!... Ahí está, llegué llegué.. NO ¡MIERDA!