miércoles, 20 de julio de 2011

Importante

La criatura se abalanzó ante mí.  Me le acerqué. Lentamente, levanté mi mano derecha para acariciar su piel escamosa. Bajó la cabeza y cerró los ojos, al mismo tiempo que expulsaba humo por la nariz. Me le acerqué aún más y lo abracé, como pude. Ante el tacto, la criatura se desprendió de mí y se desplomó en el suelo, emitiendo un leve quejido. Lo miré fijamente; quería hacer algo, lo que sea, para evitar que sufra.  Comencé a buscar en su cuerpo alguna herida, algún rasguño, alguna espina, que le esté causando tanto dolor. El dragón abrió los ojos y me vio con agonía, mientras yo buscaba como sanarlo.
Al revisar debajo de su ala izquierda, lo vi. Una herida muy abierta y cubierta de sangre, cerca de donde debiese estar su corazón.  Rocé la herida con la yema de los dedos. El reaccionó con un quejido intenso e intentó apartarse del tacto.
-Shhhh. Todo está bien. Voy a evitar que sigas sufriendo.- Le susurré. Tenía que hacer algo, no podía verlo en ese estado. Palpé mi bolsillo. ‘Esta es la única solución’, pensé.
Lo miré a los ojos y él me devolvió la mirada. Puse mi mano en su rostro y replicó acercándose a mí, sin quitarme la mirada adolorida que tenía sobre mí. Con mi mano libre saqué mi navaja de mi bolsillo y la giré en mi mano.
-Te prometo que todo va a terminar muy pronto. Voy a sacarte de la miseria.- le dije. No quería hacerlo, pero tenía que. Acerqué mi cuchillo a la herida. Continué mirándolo fijamente en los ojos.  Expulsó humo por la nariz. Suspiré. Mi cuerpo temblaba de arriba abajo, y el dragón emitió un sonido que yo interpreté como un incentivo a que hiciera lo que tenía que hacer.
-Lo lamento mucho. En serio. Siempre vas a ser mi mejor amigo.-
Cerró los ojos. Una lágrima salió de uno de ellos. Fue entonces que atravesé su corazón con mi navaja.

1 comentario :