La criatura se abalanzó ante mí. Me le acerqué. Lentamente, levanté mi mano derecha para acariciar su piel escamosa. Bajó la cabeza y cerró los ojos, al mismo tiempo que expulsaba humo por la nariz. Me le acerqué aún más y lo abracé, como pude. Ante el tacto, la criatura se desprendió de mí y se desplomó en el suelo, emitiendo un leve quejido. Lo miré fijamente; quería hacer algo, lo que sea, para evitar que sufra. Comencé a buscar en su cuerpo alguna herida, algún rasguño, alguna espina, que le esté causando tanto dolor. El dragón abrió los ojos y me vio con agonía, mientras yo buscaba como sanarlo.
Al revisar debajo de su ala izquierda, lo vi. Una herida muy abierta y cubierta de sangre, cerca de donde debiese estar su corazón. Rocé la herida con la yema de los dedos. El reaccionó con un quejido intenso e intentó apartarse del tacto.
-Shhhh. Todo está bien. Voy a evitar que sigas sufriendo.- Le susurré. Tenía que hacer algo, no podía verlo en ese estado. Palpé mi bolsillo. ‘Esta es la única solución’, pensé.
Lo miré a los ojos y él me devolvió la mirada. Puse mi mano en su rostro y replicó acercándose a mí, sin quitarme la mirada adolorida que tenía sobre mí. Con mi mano libre saqué mi navaja de mi bolsillo y la giré en mi mano.
-Te prometo que todo va a terminar muy pronto. Voy a sacarte de la miseria.- le dije. No quería hacerlo, pero tenía que. Acerqué mi cuchillo a la herida. Continué mirándolo fijamente en los ojos. Expulsó humo por la nariz. Suspiré. Mi cuerpo temblaba de arriba abajo, y el dragón emitió un sonido que yo interpreté como un incentivo a que hiciera lo que tenía que hacer.
-Lo lamento mucho. En serio. Siempre vas a ser mi mejor amigo.-
Cerró los ojos. Una lágrima salió de uno de ellos. Fue entonces que atravesé su corazón con mi navaja.
Al revisar debajo de su ala izquierda, lo vi. Una herida muy abierta y cubierta de sangre, cerca de donde debiese estar su corazón. Rocé la herida con la yema de los dedos. El reaccionó con un quejido intenso e intentó apartarse del tacto.
-Shhhh. Todo está bien. Voy a evitar que sigas sufriendo.- Le susurré. Tenía que hacer algo, no podía verlo en ese estado. Palpé mi bolsillo. ‘Esta es la única solución’, pensé.
Lo miré a los ojos y él me devolvió la mirada. Puse mi mano en su rostro y replicó acercándose a mí, sin quitarme la mirada adolorida que tenía sobre mí. Con mi mano libre saqué mi navaja de mi bolsillo y la giré en mi mano.
-Te prometo que todo va a terminar muy pronto. Voy a sacarte de la miseria.- le dije. No quería hacerlo, pero tenía que. Acerqué mi cuchillo a la herida. Continué mirándolo fijamente en los ojos. Expulsó humo por la nariz. Suspiré. Mi cuerpo temblaba de arriba abajo, y el dragón emitió un sonido que yo interpreté como un incentivo a que hiciera lo que tenía que hacer.
-Lo lamento mucho. En serio. Siempre vas a ser mi mejor amigo.-
Cerró los ojos. Una lágrima salió de uno de ellos. Fue entonces que atravesé su corazón con mi navaja.
Muy lindo!! Y muy triste también :(
ResponderEliminarMe encantan los dragones :)