Estaba desesperada por salir. Me habían avisado que mi hermana estaba en el hospital, se le cerró un pulmón. Agarré mi celular, la plata para viajar y salí del departamento. Pero cuando llegué al palier me di cuenta que dejé mis llaves adentro, y no estaba la portera. No podía salir del edificio.
Subí nuevamente, aún sabiendo que no iba a poder abrir la puerta; tenía una cerradura nueva, reforzada, producto de la paranoia de mi papá. Miré hacia la puerta y luego intenté empujarla, en vano, claro está. Desesperada cerré mis ojos y empujé nuevamente,...